sábado, 28 de abril de 2007

Esta es la historia de mi ciudad

Ya para 1692, en viejos mapas de navegación lacustre utilizados por conquistadores, piratas y corsarios, existía un punto referencial en las orillas del lago, que sin duda nos vincula con los orígenes de la ciudad, ese punto lo podemos encontrar en cartas de navegación perfectamente conservadas en el Archivo General de Indias (España) y datan que para la fecha, ya en ellos se plasmaba la frase “Pta. Icoteas” como referencia para la navegación del lago. Sin embargo ello no demuestra que en estas tierras hubieren asentamientos coloniales para ese momento histórico, solo eran zonas pobladas de indígenas probablemente Arauco o caquetìo sin asentamientos definidos, ya que vivían de la caza, pesca y recolección y su naturaleza nómada les impedía definir o determinar un territorio. De allí se tiene que el vocablo “Cabimas” es de origen indígena, mediante el cual estos designaban al árbol “copaiba” (Copaifera officinalis), abundante en estas zonas y cuya resina era utilizada por estos para cicatrizar heridas y curar infecciones en la piel. - Es muy probable que Isabel, la indígena que luego se convirtiera en esposa de Alonso de Ojeda, fuera oriunda de estas tierras de las Cabimas, pero, los historiadores han hurtado estos hechos y los han endosado a la historia de otras ciudades del Estado. No solo los hallazgos de la Misión así lo pueden evidenciar, igualmente no se hace referencias a las Misiones probablemente franciscanas en Santa Rosa de Lima (actualmente La Rosa), donde hubo asentamientos palafititos, arquitectura ésta que con la llegada de la explotación petrolera se perdió en el tiempo. Estas riveras de la otrora “Costa Bolívar” siempre estuvo poblada por los grupos indígenas caquetío, solo que este hecho representa la historia no contada, la historia hurtada por los escritores e “investigadores” que siempre buscaron gloria para Maracaibo-. Mas adelante sus primeros pobladores igualmente usaron su aceite para los mismos fines “aceite de palo” así como, se utilizó sus propiedades combustibles en estufas y lámparas y su madera en la edificación de las primeras viviendas y embarcaciones lacustres.Para 1758, se datan los primeros asentamientos coloniales, “La Misión de San Antonio de Punta de Piedras” (al norte) donde se erigió una iglesia bajo la invocación de San Antonio de padua, de frailes capuchinos. Para 1774, según los relatos plasmados por el Obispo de Caracas y Venezuela, Mariano Martí Estadella, quien en su visita pastoral por el territorio venezolano al llegar a estos predios el 15 de Marzo de ese año, escribió: “…en el sitio de Cabimas vivían 19 familias en 20 casas…” igualmente elaboró una lista o padrón en La Misión, que arrojó un número de 25 casas, 25 familias 50 varones y 68 hembras.Para 1800, Cabimas era una aldea que contaba con 49 casas y 224 habitantes, y estaba asistida eclesiásticamente desde el obispado de Mérida al que igualmente pertenecía Maracaibo. El 19 de Junio de 1814, mediante Real decreto de Fernando VII de Borbón, y por la influencia que ejerció Don José Domingo Ruz ante la corte Española y luego que Cabimas junto a Perijá y La Rita permanecieran leales a la causa del Rey, este logró que fuese elevada a la categoría de Villa. Posteriormente en 1829, Cabimas fue elevada a la categoría de parroquia, cuando Don Hilarión Bosset, obispo de Mérida, nombra como primer párroco a Juan de Dios Castro. En 1902, pasa a formar parte de la parroquia Santa Rita, del Distrito Bolívar cuya capital fue Santa Rita. Jugó un papel importante en la gesta emancipadora, al aportar su único y conocido héroe Antonio Basilio Borjas, quien luchó en la Batalla Naval del Lago –y a quien ni siquiera una estatua, una calle, un sitio o sector se le ha bautizado con su nombre para exaltar su protagonista histórico y para que las futuras generaciones se identifiquen con su propia historia.A partir del inicio de la explotación petrolera, comienza el éxodo poblacional, provenientes de todas las latitudes. Entre las corrientes emigratorias tenemos como de mayor importancia las procedentes del Estado Falcón, Nueva Esparta y los Estados Andinos. Y entre las inmigratorias las provenientes de los Estados Unidos, Las Antillas (holandesas e Inglesas) Italianas, Árabes, Chinas y actualmente Colombianas. De esta mezcla tenemos apellidos tales como: Pérez, Sierra, Romero, Cueva, Borregales, Callejas, Talavera, López, Villa, Villavicencio, Vidal, Roberti, Calles, Toyo, Chirinos, Medina, Aguilar. Caraballo, Marcano, Cedeño, Lares, Torrens. Calderón, Toledo, Varillas, Acosta. Smith, Heilerman, Maurer. Bongiovani, D`rubeins, Bastianeli, D`Anucio.Maalouf, Salim, Aboukair. Joa, Chan. Bermúdez, Verbel, Camargo Y tantos otros que no siendo originarios de la zona, contribuyeron y siguen contribuyendo al desarrollo de la Ciudad. Primero llegaron unos impulsados por “El Reventón del Barroso 2” -que lanzó un chorro de petróleo de tal altura que se logró divisar de poblaciones aledañas, este acontecimiento marcó el inicio de era petrolera no solo de Cabimas sino de Venezuela, este acontecimiento identificó a Venezuela a nivel mundial como país con inmensas riquezas, todo el desarrollo y toda la opulencia alcanzada por otras ciudades de esta nación, hasta nuestros días tiene su origen en ese acontecimiento. La naturaleza nos dio una enorme riqueza para nuestra bendición, pero ello trajo consigo la miseria el abandono y la anarquía que hoy padece la ciudad más rica y mas pobre de la nación.- y otros vinieron con posterioridad a trabajar para cubrir las necesidades del acelerado crecimiento de la ciudad. Todos trajeron sus costumbres. A los Falconianos debemos la predilección por la arepa, el guiso de chivo y la sopa de frijoles, así como por la hamaca y el chinchorro. De los margariteños aprendimos a componer “pescao” y hacerlo en hervido, usar en las comidas el ají margariteño y comer ocumo cocido. De los gringos a jugar el Base Bay, y el Golf, de los Italianos a comer pan, pizzas y todo tipo de pastas, y de los chinos a comer el arroz chino con la mejor salsa de soya, la producida en la calle La Estrella. Y de los colombianos heredamos los mejores cristales para lentes y los vallenatos costeños.

1 comentario:

Mario dijo...

Me interesa mucho aprender la historia de las ciudades. En general prefiero saber acerca de la de mi ciudad, pero es interesante aprender sobre los sucesos en general. Me gusta quedarme en mi casa comiendo algo que pido al delivery comida mientras busco distintas paginas como estas en internet