lunes, 23 de abril de 2007

Reflexión en tiempos de crisis

Hoy recibí esta reflexión de alguien muy cercano que creyó que su mundo se había derrumbado y resurgió como el Ave Fénix. Me pareció importante postearlo porque aveces creemos que todo está perdido, que no tenemos salida y no dejamos ni siquiera una hendijita de fe donde Dios se pueda colar para ayudarnos.




Caracas, 22 de Noviembre del 2006

¡Hoy tengo el alma a flor de piel! Cuando la vida te sacude, moviendo tus fibras, moviendo tus emociones, el alma sale y te envuelve en un halo suave y tierno, pero flexible y resistente.
Es tu propia energía que acude a protegerte, es tu yo interno que sale a tu defensa.
Y quedas expuesto ante ti.
Aprovecha esos momentos para conocerte, para comulgar contigo, para saber quien eres y darte cuenta del espacio que ocupas, del rumbo que debes seguir, de las decisiones que tomar; y, de paso, sírvete un café y saboréalo disfrutando de tu propia compañía.
Cuando la vida te sacude, puedes creer que tu mundo se derrumba, si es así… ¿porque no aprovechas y te construyes uno nuevo? Toma los pedazos que te sirvan y utilízalos, y los que no deséchalos.
Créate un nuevo orden, nuevos patrones, has lo que quieras con las herramientas con que cuentas, vuélvete creativo y haz de tu vida tu propia obra de arte. Una obra de tu gusto, con tus colores, con tus matices, ¡como TU! Nos podemos caer una y mil veces, pero tenemos el deber de levantarnos y seguir adelante todas y cada una de esas veces.
Sin embargo, es necesario detenernos a reflexionar para aprender la lección y no volver a caer, al menos por la misma causa.
Cuando los cambios son bruscos, uno puede llegar a sentirse desorientado, hasta puede darte vértigo, es normal. Tu sistema de navegación debe volver a ajustar los instrumentos para poder seguir el rumbo.
Eso si, el tiempo que tardes en ajustar los instrumentos va a depender de ti, mientras más rápido los ajustes más pronto podrás seguir.
Paradójicamente, mientras más prisa se tiene hay que tomar las cosas con más calma.
No hay que dejarse abrumar por la marea alta, por la mar picada, solo considera esos factores y ajusta tus instrumentos de acuerdo a ellos, usa las corrientes y los vientos inteligentemente y vuélvelos a tu favor.
Busca tu estrella, ella te servirá de guía y, por sobre todas las cosas apóyate en tu fe. Encomiéndate a Dios o a aquello a lo que creas y pronto veras los resultados. Lo único que no podemos hacer, es quedarnos cruzados de brazos.

“¡La vida es bella, Hilandera! ¡La vida no tiene zarzas!”

Azúkar

No hay comentarios.: