Hay que salvar al lago

Da tristeza ver como un reservorio de agua tan importante como el Lago de Maracaibo, se muere ante la indolencia del gobierno, tanto nacional, como regional y local, y ante la indolencia de los propios ciudadanos comunes. Es triste pensar que en un país tan rico en dinero aportado por ese mismo lago nadie se conduela de su muerte inminente. Desde el año 2004 comenzó la proliferación de la lemna en el lago, esa planta diminuta del tamaño de una lenteja, por eso se le llama lenteja de agua dulce o lenteja acuática.
La lemna, de la familia Lemnaceae, encuentra su caldo de cultivo en aguas con poca sal, lo que no es el caso normalmente en el lago, de más de 12 mil kilómetros cuadrados y con 245 mil millones de metros cúbicos de agua, cuya salinidad ha aumentado mucho en las últimas décadas, debido a la actividad petrolera. Esa masa acuática se comunica con el mar Caribe a través de una bahía natural que da al golfo de Venezuela, dragada desde hace 50 años para permitir el paso de grandes buques-cisterna. Y con esos barcos entra más agua salada.

Hoy quiero alzar mi voz para pedir por el Lago, mi lago .Tanto dinero que se dedica a otras vanalidades se pudieran estar invirtiendo en salvar al lago que da tanto, desde el petróleo que alimenta a todo el país y a muchos paises del mundo, como a los pescadores que les provee su sustento diario, además de lo hermoso que es para disfrutarlo y recrearse en sus playas.