domingo, 24 de junio de 2007

Que vivan los estudiantes


Si el 27 de mayo ha pasado a la historia como la fecha en que las pretensiones totalitarias del régimen encontraron su mejor expresión, dando lugar a la más poderosa e insólita reacción jamás imaginada por los asesores cubanos que dirigen el timón político-ideológico de Miraflores, el 22 de junio pasará a la historia como el inicio de un movimiento cívico que, en hombros del estudiantado universitario, podría darle una vuelta definitiva a la página de la historia contemporánea de Venezuela.
Quienes tuvimos el privilegio de asistir a la mega asamblea de los jóvenes universitarios venezolanos en el Estadio Universitario tendremos suficientes anécdotas para transmitirle a nuestros hijos. Nunca en Venezuela se vivió una democracia más auténtica, vida y edificante como aquella de que hicieron gala los universitarios venezolanos en el día de ayer. Decenas y decenas de miles de jóvenes activos, participantes, entusiastas y en perfecto orden y concierto: habló y se expresó quien quiso, sin cortapisas, sin necesidad de ningún otro antecedente que el amor por la libertad y el deseo de impedir que les sea arrebata. A ellos y a nosotros, que dejamos las aulas hace tantos años que ya se pierden en el olvido.
Aunque volvimos a vivir la misma emoción, la misma conmoción que viviéramos cuando lucháramos como estudiantes progresistas y de izquierda en nuestros años mozos. Porque en rigor es el mismo sentimiento, la misma emoción, la misma generosidad, la misma entrega de entonces, pero ahora con fines infinitamente más sublimes que los nuestros: defender la patria del acecho totalitario, combatir a la cabeza de las mujeres y hombres libres de la patria en defensa de los derechos ciudadanos, exigir la plena libertad de expresión y la vigencia de nuestros derechos civiles como hombres libres.
Con otra diferencia esencial respecto de nuestras luchas: estos jóvenes están inventando nuevas estrategias, un nuevo concepto de la política. Se niegan a caer en la celada del odio, del rencor, del resentimiento predicado desde Miraflores. No aceptan competir en el matadero de la inmoralidad política. Buscan un nuevo pacto social, de entendimiento global, en el que quepan todos los venezolanos, no importa su color político y su adhesión o rechazo al gobierno de turno. Para ellos lo esencial es la libertad. Y para defenderla están dispuestos a ir hasta Miraflores y dialogar con el presidente de la república si fuera preciso. No aceptan verse rebajados a perros de pelea, pero tampoco le temen al diálogo: lo propician.
Y nacen sin mácula. Con las manos blancas en señal de paz, con el corazón abierto a todas las tendencias. De allí la sabiduría con que han decidido escoger la voz de su emoción: Soledad Bravo. Cantó lo que ha cantado siempre: maravillosas canciones de la nueva trova cubana, cantos de amor y de combate, canciones de la gran Violeta Parra, de Alí Primera. ¿Quién no podría emocionarse con El Unicornio Azul, con Yolanda, con Coquivacoa? ¿Quién no sentiría renacer en su corazón el deseo de luchar por la libertad al escuchar Qué dirá el Santo Padre, de la compositora chilena, o ese himno al deseo de poner fin a quien nos tortura con su omnímoda presencia como Ojala, del cubano Silvio Rodríguez?
Cerró con broche de oro: cantando Que vivan los estudiantes, acompañada de un grupo de dirigentes universitarios, entre los que alcanzamos a ver a Stalin González y a algunos dirigentes de Carabobo. La comunicación entre Soledad Bravo y los miles y miles de jóvenes, todos los cuales conocían sus canciones pero la escuchaban en vivo por primera vez en sus vidas, fue una prueba de amor sin medida. Como ella misma lo dijera en una rueda de prensa: le ha cantado a los estudiantes de la cuarta, de la quinta y espera seguir haciéndolo con los muchachos de la sexta. Pueda que éste haya sido el primero de los conciertos de esta nueva república que se asoma en el horizonte. De la blanca mano de los jóvenes universitarios.
Un evento inolvidable, un acto de comunión y de amor necesario, una luz de esperanza en esta noche negra. ¡Que vivan los estudiantes!
Pedro LastraNoticias24
Foto:
El Nacional

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