Nota : No se si esta noticia es cierta, pero de serlo me parece lo mas aberrante del mundo y creo que Yon debería dar una explicación.
Pero sobre todo el Vice presidente ya que deja mucho que desear de un gobierno que se vale de tales artimañas para amedrentar y para impedir que los jóvenes manifiesten pacíficamente.
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil.
Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Las palabras de Yon Goicochea aún resuenan en millones de venezolanos. El estudiante, con todos los ojos del país sobre él, dijo al mundo que estaba dispuesto a dar la vida por una causa superior. Por supuesto que a los 22 años su entrega adquiere un significado enorme y su comprensión de los principios de los derechos civiles son una demostración de madurez que debe haber llenado de orgullo a sus padres y a los padres de todos los muchachos que ahora marchan por la libertad.
El cierre de RCTV dio pie a Goicochea a recordar que los derechos humanos no son negociables, muy especialmente los que ahora están siendo vulnerados, el derecho a manifestar y expresarse libremente. El representante de la UCAB asumió de este modo una prominencia espiritual entre sus compañeros y pares del movimiento estudiantil. Era de esperar que esa prominencia repentina lo hiciera blanco de ataques. Goicochea ha sido objeto de una campaña perversa por parte del sector más retrógrado del oficialismo que emplea a sus esbirros ideológicos, como el programa La Hojilla, entre otros recursos para destruir reputaciones.
Cierto es que a veces a los hijos les toca pagar los errores de los padres. De hecho, ese es el gran peso que lleva esta generación de estudiantes a cuestas, los errores políticos de la generación anterior. En el caso de Yon, el error es de su papá, implicado en un caso de homicidio en defensa propia y por lo cual está preso desde hace dos años.
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil. Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Esto puso a Yon contra la pared. Las dudas lo asaltan en este momento. De hecho, está manejando entre sus opciones el tranzar su futuro por el pasado de su padre. Su libertad, la libertad de millones, por la libertad de su padre. Entre sus compañeros, ya expuso este dilema.
Yon, el que se ofreció como el político “del segundo tiempo”, el que abrió la esperanza a muchos sobre el surgimiento de un nuevo liderazgo nacional alternativo, ha dejado de asistir a reuniones con sus compañeros y se abstuvo de hablar el lunes en el TSJ.
Quizás Yon deba ponerse a un lado y dejar a sus compañeros continuar su lucha. O quizás debe poner en la balanza el valor de su futuro y decidir si está dispuesto a sacrificarse por los errores de su padre o a enmendarlos.
Cierto es que la protesta no puede durar eternamente, pero sus objetivos deben satisfacerse, o declararse derrotada. El compromiso de los estudiantes como tan claramente lo expresaron en su primera hora, es por un país libre y democrático donde hay espacio para todos.
Sus palabras incendiaron los corazones de millones de jóvenes que vieron de pronto la posibilidad de participar de una lucha que les da más sentido a su vida que el apostar por una green card o una visa de trabajo en cualquier país del primer mundo o resignarse al desasosiego de tener que acomodarse a un país donde sus opiniones sólo contarán si siguen la corriente de los que ya han decidido por ellos su destino y el de sus compatriotas.
La revolución perdió la juventud, por eso quiere destruirla del modo más vil, cortando sus alas su inspiración, destruyendo su verdadero espíritu revolucionario. La revolución perdió la juventud porque se hizo vieja y ya no entiende a los que se hicieron adultos con ella.
Pero sobre todo el Vice presidente ya que deja mucho que desear de un gobierno que se vale de tales artimañas para amedrentar y para impedir que los jóvenes manifiesten pacíficamente.
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil.
Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Las palabras de Yon Goicochea aún resuenan en millones de venezolanos. El estudiante, con todos los ojos del país sobre él, dijo al mundo que estaba dispuesto a dar la vida por una causa superior. Por supuesto que a los 22 años su entrega adquiere un significado enorme y su comprensión de los principios de los derechos civiles son una demostración de madurez que debe haber llenado de orgullo a sus padres y a los padres de todos los muchachos que ahora marchan por la libertad.
El cierre de RCTV dio pie a Goicochea a recordar que los derechos humanos no son negociables, muy especialmente los que ahora están siendo vulnerados, el derecho a manifestar y expresarse libremente. El representante de la UCAB asumió de este modo una prominencia espiritual entre sus compañeros y pares del movimiento estudiantil. Era de esperar que esa prominencia repentina lo hiciera blanco de ataques. Goicochea ha sido objeto de una campaña perversa por parte del sector más retrógrado del oficialismo que emplea a sus esbirros ideológicos, como el programa La Hojilla, entre otros recursos para destruir reputaciones.
Cierto es que a veces a los hijos les toca pagar los errores de los padres. De hecho, ese es el gran peso que lleva esta generación de estudiantes a cuestas, los errores políticos de la generación anterior. En el caso de Yon, el error es de su papá, implicado en un caso de homicidio en defensa propia y por lo cual está preso desde hace dos años.
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil. Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Esto puso a Yon contra la pared. Las dudas lo asaltan en este momento. De hecho, está manejando entre sus opciones el tranzar su futuro por el pasado de su padre. Su libertad, la libertad de millones, por la libertad de su padre. Entre sus compañeros, ya expuso este dilema.
Yon, el que se ofreció como el político “del segundo tiempo”, el que abrió la esperanza a muchos sobre el surgimiento de un nuevo liderazgo nacional alternativo, ha dejado de asistir a reuniones con sus compañeros y se abstuvo de hablar el lunes en el TSJ.
Quizás Yon deba ponerse a un lado y dejar a sus compañeros continuar su lucha. O quizás debe poner en la balanza el valor de su futuro y decidir si está dispuesto a sacrificarse por los errores de su padre o a enmendarlos.
Cierto es que la protesta no puede durar eternamente, pero sus objetivos deben satisfacerse, o declararse derrotada. El compromiso de los estudiantes como tan claramente lo expresaron en su primera hora, es por un país libre y democrático donde hay espacio para todos.
Sus palabras incendiaron los corazones de millones de jóvenes que vieron de pronto la posibilidad de participar de una lucha que les da más sentido a su vida que el apostar por una green card o una visa de trabajo en cualquier país del primer mundo o resignarse al desasosiego de tener que acomodarse a un país donde sus opiniones sólo contarán si siguen la corriente de los que ya han decidido por ellos su destino y el de sus compatriotas.
La revolución perdió la juventud, por eso quiere destruirla del modo más vil, cortando sus alas su inspiración, destruyendo su verdadero espíritu revolucionario. La revolución perdió la juventud porque se hizo vieja y ya no entiende a los que se hicieron adultos con ella.
3 comentarios:
Hola Nancy:
Espero que no sea verdad. Ahora tenemos que tener cuidado de no hacernos eco de todos los rumores que harán circular con tal de descalificar la lucha estudiantil. Es la única estrategia que hace este gobierno ante las contundentes exigencias de los jóvenes.
Estos días inventarán y dirán de todo para defenderse... Hay que estar preparados.
Un fuerte abrazo desde La Torre de Babel,
Tico
PD/ Gracias por pasar por mi página y propagar los enlaces de noticias.
Si fuera cierto y Yon decidiere negociar en haras de que su padre sea puesto en libertad se lo respetaría tanto como el que no negocie y siga luchando a su manera por lo que cree.
Ese papel de opinador de oficio o juez que asumen muchas personas es detestable. NADIE está en los zapatos de ese niño para saber que siente, que piensa, que le dice su corazón.
Las facturas las cobra la conciencia irremediablemente en el tiempo perfecto de Dios, y lo que él decida, será su única responsabilidad.
Un abrazote Nancy
Tico: Lo mismo espero yo que sea solo un rumor, pero si te digo que de esta gente se espera cualquier cosa. De ser cierto ponen a este muchacho en una situación bien dificil. Nos seguimos viendo, saludos.
Jenni:Es una decisión bien difícil y solo espero que Dios lo ilumine.
En caso de que sea verdad.
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